Me siento tan mal... Mi humor se ve reflejado en el cielo, lloroso y destemplado; como yo.
Ahora mismo soy una mezcla de tristeza e impotencia que a veces se transforma en rabia y coraje según le venga en gana al azar.
Tengo ganas de llorar aunque no me animo a dar el último paso, me torturo y me animo en partes iguales; ando a la deriva dejándome llevar por el viento, floto en medio del mar sombrío y dejándome mover por las olas...: unas veces arriba, otras no tanto; así me siento yo ahora.
Me hundo a mi misma por no ser buena, o al menos no lo suficiente, pero me infundo ánimos para seguir hacia adelante con valor y la cabeza bien alta. Ahora estoy en el primer estado o quizá en otro mucho peor. No puedo hacer otra cosa que dejar pasar el tiempo y amanecer mañana habiendo enterrado ya las dos nefastas horas que acabo de pasar, donde tan sólo me han aportado la más absoluta miseria personal y la nula estima hacia mi persona. Lo peor de todo es que me abruma la sensación de haber perdido todo un curso, que, por mucho esfuerzo dedicado no obtuve el resultado óptimo. Inutilidad de tiempo perdido. ¡Qué ilusa fui al pensar que este año sería el bueno! Esa esperanza no duró ni un día, se evaporó con esa primera clase que no era más que la continuación triplicada de la que me ocasionó tantos quebraderos de cabeza el curso anterior. No tuve una alta autoestima, ahora irremediablemente la perdí, de nuevo.
¡Tengo tantísimas ganas de ser vencida por el llanto...! Mas no puedo pues estoy rodeada por demás personas que, seguramente al igual que yo, han tenido un nefasto final de jornada y tan sólo tienen como consuelo llegar a casa y descansar. A mi, desgraciadamente no me ampara ni eso.
Deseo tan fervientemente que esto haya sido una recaída sin importancia...deseo tanto que a partir de este día todo vaya a mejor, no volver a vivir los inicios del año pasado, ser por fin feliz estudiando de nuevo con confianza y ganas...
Temo, por tanto, a revivir esa caída con esa misma piedra. Temo defraudar a los demás pues, de lo que a mi respecta, ya lo hice; me debía volver a ser la de antes mas parece ser que no será posible.
Pero tal y como pasó hace casi justo un año, no me rendiré; entre lágrimas buscaré la fuerza y con la música puesta y el volumen alto haré que la idea de rendirme no me venza. Lucharé por el poco orgullo que me queda y haré ver que todo va bien aunque el alma desecha me duela y el escozor de mi garganta me ahogue sin pena. Y aunque en este momento no me consuela, y no creo ahora en esa verdad que creía que era, a partir de ahora este será mi lema:
Un esfuerzo más es un fracaso menos